Solo hace los deberes si me siento con él
“Mi hijo tiene 8 años y todas las tardes la misma lucha: tengo que sentarme con él a hacer los deberes e ir explicándole uno a uno lo que tiene que hacer. Si lo dejo solo no hace nada. De esta forma le tengo que dedicar toda la tarde. Me gustaría que fuera más autónomo. No me importa aclararle alguna duda, pero que hiciera la mayoría solo. ¿Qué puedo hacer?“
Esta es una consulta habitual con la que muchas madres y padres se sentirán identificados. A lo largo de dos entradas voy a tratar de ofreceros unas pautas para abordar esta situación. En esta primera entrada trataré de explicar por qué se produce y hacia dónde se debería tender.
1. POR QUÉ SE PRODUCE
Este problema se puede producir por alguna o varias de las siguientes circunstancias:
a. Se ha creado un hábito
El niño se ha acostumbrado a realizar los deberes con su madre (o con otro adulto) y se ha establecido el hábito de hacer los deberes acompañado, explicándole las instrucciones de lo que tiene que hacer y se confirme si la tarea está bien hecha o no.
b. Dependencia
Además se ha creado una dependencia del adulto: no es capaz de afrontar las tareas por sí mismo. El niño suele expresar rápidamente que no entiende o no sabe lo que tiene que hacer. Normalmente cuando tiene que hacer un ejercicio pregunta directamente : ¿Qué hay que hacer? De esta forma no intenta buscar soluciones o alternativas para resolver lo que le están pidiendo.
Por otro lado, necesita que papá o mamá le confirmen que está haciendo lo correcto. Si lo hace solo no sabe evaluar su propia realización
c. Dificultades de aprendizaje
En otros casos el problema se agrava si hay dificultades de aprendizaje. Por diferentes motivos el niño o la niña no sabe realizar las tareas porque no las ha aprendido, no dispone de conocimientos previos o se encuentra tan retrasada en el aprendizaje que es incapaz de afrontarlas.
Imagínese el caso que estamos presentando de 8 años que tiene que leer un texto y realizar unas tareas de comprensión, pero su nivel de comprensión lectora apenas llega a comprender oraciones sencillas: no está en condiciones de afrontar la tarea que se le pide. Muchos niños tienen tales lagunas y retrasos en los conocimientos previos necesarios que no están en condiciones de afrontar los aprendizajes que se le proponen.
No disponer un cierto vocabulario, comprensión lectora o razonamiento matemático le impide afrontar muchas materias.
d. Se refuerza una conducta inadecuada
Al realizar las actividades con la ayuda de su madre o padre, está recibiendo una atención especial: los adultos están centrados totalmente en lo que está haciendo. Recibir atención de forma exclusiva siempre es reforzante para los chicos y contribuye a que esa conducta se mantenga en el tiempo.
El comportamiento que se quiere corregir (estudiar con ayuda de un adulto) obtiene un “premio”: la atención exclusiva de sus padres, que hace que ese comportamiento se afiance más.
2. QUÉ HABRÍA DE LOGRAR
Es posible que muchas familias no hagan de esta situación un problema, es más, vean adecuado trabajar con sus hijos. En este caso, no hay nada que afrontar.
Sin embargo, desde un punto de vista educativo parece que lo más adecuado es que el niño crezca en autonomía personal y sea capaz de afrontar los deberes escolares por sí mismo sin una dependencia de sus padres, aunque le pidan ayuda de vez en cuando.
Depender de los adultos para realizar los deberes tiene el inconveniente de cualquier dependencia. Entre otras cosas que en determinadas situaciones, como los exámenes, no contarán con esa ayuda y los resultados no serán positivos.
En otra entrada os facilitaré algunas orientaciones para remediar esta situación.
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