Es racó des PT

En aquest bloc o "bitàcola" trobaràs recursos, recomanacions, articles, materials descarregables, enllaços, idees, propostes, notícies, relacionades amb la feina de pedagogia terapèutica. És a dir, tot allò que t'hauria agradat que et contessin quan vares començar a fer feina de PT. També hi ha materials aprofitables per a tutors i educadors en general, d'atenció a la diversitat i d'educació especial.

Suspendre ? Ni t'ho plantegis !!

Una vegada més Jesús Jarque l'encerta i l'endevina amb aquest article:

 Suspender, ni se te ocurra

Prohibido suspenderLlevo varios años trabajando en Educación Infantil y Primaria y conozco un número importante de profesores y profesoras de todas las etapas. A veces tengo la sensación de que para los profesores suspender se está convirtiendo en una misión arriesgada… una misión imposible. 

QUÉ ES SUSPENDER
Cuando se suspende el trimestre de una asignatura, significa que el alumno no ha alcanzado los objetivos previstos o no ha adquirido los aprendizajes mínimos de esa área en ese trimestre. Es algo similar a lo que hace unos años se llamaba en España  ”necesita mejorar“.
Se supone también que la evaluación tiene un componente orientativo y formativo: si se ha suspendido una asignatura, eso significa que hay que reorientar algún aspecto de la enseñanza y también del aprendizaje. Pero casi siempre significa que hay que estudiar más y mejor.
Suspender a un niño en un trimestre no significa nada más. No creo que traumatice a nadie, los traumas que sufrirán estas generaciones están entrando hace años por otro flanco, no por los suspensos.
En ocasiones, los niños suspenden porque tienen dificultades, porque su retraso escolar ya no le permite afrontar los aprendizajes previstos o porque su capacidad no le permite ir al ritmo de los demás. Pero en la mayoría de los casos los niños no aprueban simple y llanamente porque no estudian, sin más rodeos.

NO SE ADMITEN LOS FRACASOS
Muchas familias no admiten un contratiempo en la vida de su hijo o hija. Parece que han diseñado una carrera hacia el éxito y nadie se lo va a impedir… y menos la escuela.
No admiten que su hijo tenga dificultades o limitaciones o necesidades especiales y por tanto, tampoco admiten que se ponga los medios.
Tampoco admiten que su hijo o hija  no estudia lo suficiente o cuando parece que está estudiando, está haciendo otra cosa. Acostumbro a trabajar en una biblioteca pública y veo chicos de todas las edades que para sus papás estarán estudiando muchas horas, pero lo que es estudiar… no están.
Mucho menos, se admite que lleve un suspenso, no solo una mancha en su expediente (no sé qué expediente ni qué mancha), sino que su hijo pueda ser menos que el de al lado.
En ocasiones, los padres se toman el suspenso como un misil en la línea de flotación de su propio orgullo y vanidad.

MISIÓN ARRIESGADA
Por eso para los profesores y profesoras poner un suspenso es una misión arriesgada. Si suspende tiene que estar dispuesto a:
1º. Primero tienen que tener previstas todo tipo de pruebas documentales, estadísticas… y casi de CSI. Hasta ahí vamos bien, es lo justo.
2º. Después tienen que tolerar desafíos de los padres como: “mi hijo tiene un profesor particular y el profesor no se explica cómo lo suspendes, cuando con él lo hace todo y le sale todo bien“. En España lo que es “de pago” siempre ha tenido un nivel. Ese comentario u otros del tipo: “no puede ser que haya suspendido porque yo se lo pregunté y el niño se lo sabía”. 
3º. También hay que soportar que los papás acudan a la instancias superiores del colegio y se explayen con ellas. Si además ese profesor no es santo de la devoción de la autoridad del centro, dichas autoridades aprovecharán el enfado de la familia para el “di más, di más“, de ese profesor y que agrande la lista  en la  ”libreta de los reproches” de este compañero .
4º. Debe pasar también por aguantar de sus propios compañeros cuando se dan a conocer las estadísticas de cada clase, las risitas, codazos y el comentario jocoso de  ”Don fulanito, doña menganita, es que suspendes mucho”.
5º. Menos frecuente son los casos de “ni se te ocurra suspender a ese niño, que es el hijo de Don no sé quién“.
6º. Que se prepare para claudicar si además te despiden con: “Esto no se queda así: ya tendrá noticias de mi abogado”, porque aquí todo el mundo tiene a su abogado o abogada, o uno de cada. Esos mismos padres a los cuales nunca se les ve el pelo por las reuniones, tutorías… ni cuando se les llama.

SER INTELIGENTE… Y SOBREVIVIR
Así, al final, cualquier profesor con un mínimo de inteligencia (= capacidad de adaptación al medio) aprende que suspender tiene un precio que no vale la pena pagar y que lo adecuado es aquello de ”aprobado general sé feliz y todos contentos“.
Ya sé que hay casos particulares, excepciones y miles de casuísticas, pero creo que no hablo de memoria. Y si estoy equivocado, os animo a que comentéis vuestra opinión.

www.jesusjarque.com


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