Cuando empieza un curso escolar, gran parte del desembolso inicial se va en libros, como saben bien casi todos los padres con hijos en edad escolar. Lo que ya no conoce tanta gente, es que Mallorca tenía una producción propia de libros de texto no ya importante sino muy importante, sobre todo en textos de educación primaria.
Educación y libros de texto
La “racionalización” del sistema de enseñanza es algo relativamente nuevo, hasta bien entrado el S. XIX la educación estaba en manos de ayuntamientos, parroquias o incluso particulares que establecían centros de enseñanza, las más de las veces, precarios, sin personal docente adecuado y sin materiales pedagógicos modernos. Hasta que el estado no interviene y organiza el sistema de enseñanza, ya en el siglo XIX, reina un cierto caos, y los libros de texto y editoriales dedicadas a ello, o no existen o son iniciativa de particulares. Por supuesto las primeras obras educativas que se catalogan son religiosas, catecismos y similares.
Gracias al estudio sobre ”La producción de obras escolares en Baleares” que escribieron el catedrático de la UIB Bernat Sureda García, Jordi Vallespir Soler, y Elies Alles Pons en 1992, podemos datar los primeros manuales de enseñanza aparecidos e impresos en nuestra isla desde 1775.
Sin embargo, los mayores niveles de edición no se darán hasta finales del siglo XIX y hasta los inicios de la guerra civil en que se produce una brusca caída. Estos niveles máximos, nos señalan los autores, coinciden con el período en el que se produce en las Islas Baleares un significativo movimiento renovador entre el magisterio primario y la aparición de una serie de autores que ligados a él, se muestran especialmente activos en el campo de la publicación de obras escolares.
Los pioneros del Siglo XX
Los primeros autores de obras de texto en nuestras islas provienen del campo docente, maestros, inspectores de enseñanza, profesores, etc. El primero que deberemos señalar es un maestro, Don Miguel Porcel Riera, el de los famosos “Grados” tan buscados hoy por los nostálgicos en las librerías de viejo. Desde principios del siglo XX, años veinte concretamente, publica una colección de manuales de enseñanza elemental por el método cíclico, creando una editorial propia que funcionó hasta los años cuarenta. Miguel Porcel Riera publicó de algunos de sus libros cientos de miles de ejemplares, llegando a venderse “Los Porcel” en la península, en países de América del Sur, con ediciones especiales para Argentina o Cuba y, sorpréndase el lector, hasta en lengua catalana para las escuelas del principado durante la Segunda República Española. Por cierto, ejemplar este último muy buscado por coleccionistas.
Educación y libros de texto
La “racionalización” del sistema de enseñanza es algo relativamente nuevo, hasta bien entrado el S. XIX la educación estaba en manos de ayuntamientos, parroquias o incluso particulares que establecían centros de enseñanza, las más de las veces, precarios, sin personal docente adecuado y sin materiales pedagógicos modernos. Hasta que el estado no interviene y organiza el sistema de enseñanza, ya en el siglo XIX, reina un cierto caos, y los libros de texto y editoriales dedicadas a ello, o no existen o son iniciativa de particulares. Por supuesto las primeras obras educativas que se catalogan son religiosas, catecismos y similares.
Gracias al estudio sobre ”La producción de obras escolares en Baleares” que escribieron el catedrático de la UIB Bernat Sureda García, Jordi Vallespir Soler, y Elies Alles Pons en 1992, podemos datar los primeros manuales de enseñanza aparecidos e impresos en nuestra isla desde 1775.
Sin embargo, los mayores niveles de edición no se darán hasta finales del siglo XIX y hasta los inicios de la guerra civil en que se produce una brusca caída. Estos niveles máximos, nos señalan los autores, coinciden con el período en el que se produce en las Islas Baleares un significativo movimiento renovador entre el magisterio primario y la aparición de una serie de autores que ligados a él, se muestran especialmente activos en el campo de la publicación de obras escolares.
Los pioneros del Siglo XX
Los primeros autores de obras de texto en nuestras islas provienen del campo docente, maestros, inspectores de enseñanza, profesores, etc. El primero que deberemos señalar es un maestro, Don Miguel Porcel Riera, el de los famosos “Grados” tan buscados hoy por los nostálgicos en las librerías de viejo. Desde principios del siglo XX, años veinte concretamente, publica una colección de manuales de enseñanza elemental por el método cíclico, creando una editorial propia que funcionó hasta los años cuarenta. Miguel Porcel Riera publicó de algunos de sus libros cientos de miles de ejemplares, llegando a venderse “Los Porcel” en la península, en países de América del Sur, con ediciones especiales para Argentina o Cuba y, sorpréndase el lector, hasta en lengua catalana para las escuelas del principado durante la Segunda República Española. Por cierto, ejemplar este último muy buscado por coleccionistas.
Citaremos también a Llorenç M. Duran Coli, maestro como el anterior. Su padre, Miguel Durán, había creado en Inca una pequeña imprenta, amigo del Inspector de enseñanza Don Juan Capó Valls de Padrinas, surge, como producto de esta amistad, Mallorca Editorial, que en 1918 publica “Flors de Mallorca. Antología de poetes mallorquins”, una antología que proporcionaba a los niños un primer contacto con los poetas de la tierra. Duran hijo, estudiará magisterio por influencia de Don Juan Capó. Su carrera de maestro no duró mucho, pues fue depurado del magisterio nacional en la guerra civil, y al quedarse sin trabajo se dedicó a reorganizar el negocio editorial familiar, editando a partir de 1941 un buen número de obras escolares, propias y ajenas. La más famosa de estas, y que los lectores entrados en años recordarán, será el “Ingreso de Durán”.
Otro de los precursores en la edición pedagógica es Don Andreu Ferrer Ginard, que a principios de los veinte creó una pequeña imprenta en Artà, y que en 1929 se traslada a Palma creando en esta ciudad la Imprenta Politécnica que sigue en funcionamiento y ha publicado numerosas obras escolares.
En este apretado, y forzosamente incompleto, repaso de autores y editoriales, no podemos dejar de mencionar la librería Fondevila y Alomar, que aún existe, y que será de las pioneras en la edición y distribución de libros de texto en pleno siglo XX. Siendo durante muchos años el mayor centro de venta de libros escolares. Otra editorial que no podemos dejar de mencionar es la Editorial Moll, una de las más importantes de las islas, que editó, entre otros muchos, numerosos libros para la enseñanza de idiomas, constituyendo uno de sus éxitos de ventas, en este campo, un manual para el aprendizaje del italiano que se distribuyó por cientos y miles durante nuestra guerra civil.
El idioma en los libros de texto
Este siempre controvertido tema de la lengua, también tuvo su reflejo en los libros de texto de producción local. Curiosamente desde la Sociedad Económica Mallorquina de Amigos del País, se preocuparon por difundir la enseñanza del castellano y en castellano. A través del siglo XIX, y casi todo el XX la lengua considerada ”de progreso“ por las oligarquías locales era la castellana, así pues no es de extrañar, que en detrimento de la lengua mallorquina, los libros de texto estén escritos en su práctica totalidad en castellano, a pesar de las iniciativas en contrario que llevó a cabo la Associació per la Cultura de Mallorca (1923-1936) que intentó la publicación de alguna obra de texto en catalán. Curiosamente en Baleares durante la Segunda República y a pesar de la permisividad de la misma, se publicó poco en catalán, pues no existieron escuelas que enseñaran en este idioma. Por supuesto con la llegada del franquismo la lengua oficial y única fue la castellana impidiéndose la enseñanza en vernáculo, justo lo contrario de nuestros días en que la lengua “desplazada” del sistema de enseñanza local y sus textos es la castellana.
La Iglesia Mallorquina publicó durante años un catecismo diocesano exclusivamente en mallorquín desde 1576. En 1864 el Obispo Miguel Salvá publicó una edición bilingüe del catecismo que siguió publicándose hasta 1931 (proclamación de la II República y prohibición de la enseñanza religiosa). En la guerra civil y a pesar de la prohibición de editar en lengua distinta al castellano, el obispo Miralles Sbert siguió publicando la obra hasta 1947.
El “Mallorquín” de los Porcel
Hay que señalar una pequeña confusión que todavía hoy permanece entre los defensores a ultranza de la modalidad mallorquina, esta es que arguyen como prueba de una supuesta supervivencia de la enseñanza del mallorquín “primigenio”, no “normativizado”, los vocabularios que aparecían en obras como las de Porcel, que no eran otra cosa que correlaciones de palabras escritas en “mallorquín” y su correspondencia castellana. Pues bien, si lo pensamos, el problema de los docentes de la época no era el que sus alumnos tuviesen que aprender el mallorquín al llegar a clase, ese idioma ya lo dominaban, al menos oralmente, el problema es que en muchos casos desconocían el castellano. Así pues Porcel y otros autores se esfuerzan por enseñar el castellano a base de las correspondencias mallorquinas, de ahí el incluir vocabularios básicos mallorquín-castellano para que los alumnos pudieran tener unos rudimentos en este idioma, pues la enseñanza se daba, oficialmente, en castellano. Los vocabularios en “mallorquín”están escritos, además, atendiendo a criterios de reconocimiento fonético por el lector. Para más “INRI”, en la practica, esta lección era muy a menudo ignorada por los maestros.
La guerra civil y la producción local de libros
Durante la Guerra Civil se reflejó el adoctrinamiento político también en los libros de texto, el más famoso es el “Catecismo Anticomunista” del canónigo Andrés Coll publicado en 1936, o “Por España y para España deberes del niño buen español…” de 1937 y escrito por Pedro Vidal Torres, incluso el mismo Juan Capó y Valls de Padrinas, como tantos otros autores, publicó “Soy Flecha”, textos, todos ellos, que reflejaban claramente los nuevos aires imperantes.
Ocaso de la producción local
Con los años, y como muchas empresas de Mallorca, la competencia con macro empresas de la península hacían inviable la edición de obras de carácter local, los sectores económicos con el boom turístico cambiaron, y las iniciativas empresariales caminaron hacia otros derroteros. Si bien ya desde tiempo los libros producidos en las Baleares convivían con los publicados en la península, como los Dalmau Carles, Calleja, Paluzzie, Santiago Rodríguez, etc. o la inefable enciclopedia Álvarez, entre los años sesenta y setenta los libros de texto locales desparecieron paulatinamente del mercado, siendo verdaderos cantos del cisne la edición en 1961 de una magnífica enciclopedia escolar titulada “Estudio y Vida” cuyo autor Don Andrés Rotger Pizá llegó ya tarde a un mercado editorial tan competitivo, o en los años setenta una colección de “Letras Mallorquinas”, en castellano por cierto, del editor Luís Ripoll Arbós.
Eduardo CONNOLLY DE PERNAS
Maestro y Librero de Viejo
Otro de los precursores en la edición pedagógica es Don Andreu Ferrer Ginard, que a principios de los veinte creó una pequeña imprenta en Artà, y que en 1929 se traslada a Palma creando en esta ciudad la Imprenta Politécnica que sigue en funcionamiento y ha publicado numerosas obras escolares.
En este apretado, y forzosamente incompleto, repaso de autores y editoriales, no podemos dejar de mencionar la librería Fondevila y Alomar, que aún existe, y que será de las pioneras en la edición y distribución de libros de texto en pleno siglo XX. Siendo durante muchos años el mayor centro de venta de libros escolares. Otra editorial que no podemos dejar de mencionar es la Editorial Moll, una de las más importantes de las islas, que editó, entre otros muchos, numerosos libros para la enseñanza de idiomas, constituyendo uno de sus éxitos de ventas, en este campo, un manual para el aprendizaje del italiano que se distribuyó por cientos y miles durante nuestra guerra civil.
El idioma en los libros de texto
Este siempre controvertido tema de la lengua, también tuvo su reflejo en los libros de texto de producción local. Curiosamente desde la Sociedad Económica Mallorquina de Amigos del País, se preocuparon por difundir la enseñanza del castellano y en castellano. A través del siglo XIX, y casi todo el XX la lengua considerada ”de progreso“ por las oligarquías locales era la castellana, así pues no es de extrañar, que en detrimento de la lengua mallorquina, los libros de texto estén escritos en su práctica totalidad en castellano, a pesar de las iniciativas en contrario que llevó a cabo la Associació per la Cultura de Mallorca (1923-1936) que intentó la publicación de alguna obra de texto en catalán. Curiosamente en Baleares durante la Segunda República y a pesar de la permisividad de la misma, se publicó poco en catalán, pues no existieron escuelas que enseñaran en este idioma. Por supuesto con la llegada del franquismo la lengua oficial y única fue la castellana impidiéndose la enseñanza en vernáculo, justo lo contrario de nuestros días en que la lengua “desplazada” del sistema de enseñanza local y sus textos es la castellana.
La Iglesia Mallorquina publicó durante años un catecismo diocesano exclusivamente en mallorquín desde 1576. En 1864 el Obispo Miguel Salvá publicó una edición bilingüe del catecismo que siguió publicándose hasta 1931 (proclamación de la II República y prohibición de la enseñanza religiosa). En la guerra civil y a pesar de la prohibición de editar en lengua distinta al castellano, el obispo Miralles Sbert siguió publicando la obra hasta 1947.
El “Mallorquín” de los Porcel
Hay que señalar una pequeña confusión que todavía hoy permanece entre los defensores a ultranza de la modalidad mallorquina, esta es que arguyen como prueba de una supuesta supervivencia de la enseñanza del mallorquín “primigenio”, no “normativizado”, los vocabularios que aparecían en obras como las de Porcel, que no eran otra cosa que correlaciones de palabras escritas en “mallorquín” y su correspondencia castellana. Pues bien, si lo pensamos, el problema de los docentes de la época no era el que sus alumnos tuviesen que aprender el mallorquín al llegar a clase, ese idioma ya lo dominaban, al menos oralmente, el problema es que en muchos casos desconocían el castellano. Así pues Porcel y otros autores se esfuerzan por enseñar el castellano a base de las correspondencias mallorquinas, de ahí el incluir vocabularios básicos mallorquín-castellano para que los alumnos pudieran tener unos rudimentos en este idioma, pues la enseñanza se daba, oficialmente, en castellano. Los vocabularios en “mallorquín”están escritos, además, atendiendo a criterios de reconocimiento fonético por el lector. Para más “INRI”, en la practica, esta lección era muy a menudo ignorada por los maestros.
La guerra civil y la producción local de libros
Durante la Guerra Civil se reflejó el adoctrinamiento político también en los libros de texto, el más famoso es el “Catecismo Anticomunista” del canónigo Andrés Coll publicado en 1936, o “Por España y para España deberes del niño buen español…” de 1937 y escrito por Pedro Vidal Torres, incluso el mismo Juan Capó y Valls de Padrinas, como tantos otros autores, publicó “Soy Flecha”, textos, todos ellos, que reflejaban claramente los nuevos aires imperantes.
Ocaso de la producción local
Con los años, y como muchas empresas de Mallorca, la competencia con macro empresas de la península hacían inviable la edición de obras de carácter local, los sectores económicos con el boom turístico cambiaron, y las iniciativas empresariales caminaron hacia otros derroteros. Si bien ya desde tiempo los libros producidos en las Baleares convivían con los publicados en la península, como los Dalmau Carles, Calleja, Paluzzie, Santiago Rodríguez, etc. o la inefable enciclopedia Álvarez, entre los años sesenta y setenta los libros de texto locales desparecieron paulatinamente del mercado, siendo verdaderos cantos del cisne la edición en 1961 de una magnífica enciclopedia escolar titulada “Estudio y Vida” cuyo autor Don Andrés Rotger Pizá llegó ya tarde a un mercado editorial tan competitivo, o en los años setenta una colección de “Letras Mallorquinas”, en castellano por cierto, del editor Luís Ripoll Arbós.
Eduardo CONNOLLY DE PERNAS
Maestro y Librero de Viejo
(Artículo publicado en el diario "Última Hora")
Versió en Català
Mallorca i els seus llibres de text
Quan comença un curs escolar, gran part del desembors inicial es va en llibres, com saben bé gairebé tots els pares amb fills en edat escolar. El que ja no coneix tanta gent, és que Mallorca tenia una producció pròpia de llibres de text no important sinó molt important, sobretot en textos d'educació primària.
Educació i llibres de text
La “racionalització” del sistema d'ensenyament és una cosa relativament nova, fins bé entrat el S. XIX l'educació estava en mans d'ajuntaments, parròquies o fins i tot particulars que establien centres d'ensenyament, les més de les vegades, precaris, sense personal docent adequat i sense materials pedagògics moderns. Fins que l'estat no intervé i organitza el sistema d'ensenyament, ja en el segle XIX, regna un cert caos, i els llibres de text i editorials dedicades a això, o no existeixen o són iniciativa de particulars. Per descomptat les primeres obres educatives que es cataloguen són religioses, catecismes, i similars. Gràcies a l'estudi sobre ”La producció d'obres escolars en Balears” que van escriure el catedràtic de la UIB Bernat Sureda García, Jordi Vallespir Soler, i Elies Alles Pons en 1992, podem datar els primers manuals d'ensenyament apareguts i impresos en la nostra illa des de 1775. No obstant això, els majors nivells d'edició no es donaran fins finals del segle XIX i fins els inicis de la guerra civil que es produeix una brusca caiguda. Aquests nivells màxims, ens assenyalen els autors, coincideixen amb el període en el qual es produeix en les Illes Balears un significatiu moviment renovador entre el magisteri primari i l'aparició d'una sèrie d'autors que lligats a ell, es mostren especialment actius en el camp de la publicació d'obres escolars.
Els pioners del Segle XX
Els primers autors d'obres de text en les nostres illes provenen del camp docent, mestres, inspectors d'ensenyament, professors.hem
El primer que hem d’assenyalar és un mestre, Don Miguel Porcel Riera, el dels famosos “Grados” tan buscats avui pels nostàlgics en les llibreries de vell. Des de principis del segle XX, anys vint concretament, publica una col·lecció de manuals d'ensenyament elemental pel mètode cíclic, creant una editorial pròpia que va funcionar fins els anys quaranta. Miguel Porcel Riera va publicar d'alguns dels seus llibres centenars de milers d'exemplars, arribant a vendre's “Els Porcel” a la península i en països d'Amèrica del Sud, amb edicions especials per a Argentina o Cuba i, sorprengui's el lector, fins en llengua catalana per a les escoles del principat durant la Segona República Espanyola, exemplar aquest molt cercat per col·leccionistes.
Citarem també a Llorenç M. Duran Coli, mestre com l'anterior. El seu pare, Miguel Durán, havia creat a Inca una petita impremta, amic de l'Inspector d'ensenyament Don Joan Capó Valls de Padrinas, sorgeix, com producte d'aquesta amistat, Mallorca Editorial, que en 1918 publica “Flors de Mallorca. Antologia de poetes mallorquins”, una antologia que proporcionava als nens un primer contacte amb els poetes de la terra. Durán fill, estudiarà magisteri per influència de Don Joan Capó Valls de Padrinas. La seva carrera de mestre no va durar molt, doncs va ser depurat del magisteri nacional en la guerra civil, i al quedar-se sense treball es va dedicar a reorganitzar el negoci editorial familiar, editant a partir de 1941 un bon nombre d'obres escolars, pròpies i alienes. La més famosa d'aquestes, i que els lectors entrats en anys recordaran, serà el “Ingreso de Durán”.
Un altre dels precursors en l'edició pedagògica és Don Andreu Ferrer Ginard, que a principis dels anys vint va crear una petita impremta a Artà, i que en 1929 es trasllada a Palma creant en aquesta ciutat la “Impremta Politècnica” que segueix encara ara en funcionament i ha publicat nombroses obres escolars.
En aquest resum forçosament incomplet, repàs d'autors i editorials, no podem deixar d'esmentar la llibreria Fondevila i Alomar, que encara existeix, i que serà de les pioneres en l'edició i distribució de llibres de text en ple segle XX. Sent durant molts anys el major centre de venda de llibres escolars.
Altra editorial que no podem deixar d'esmentar és l'Editorial Moll, una de les més importants de les illes, que va editar, entre altres molts, nombrosos llibres per a l'ensenyament d'idiomes, constituint un dels seus èxits de vendes, en aquest camp, un manual per a l'aprenentatge de l'italià que es va distribuir per centenars i milers durant la nostra guerra civil.L'idioma en els llibres de text
Aquest sempre controvertit tema de la llengua, també va tenir el seu reflex en els llibres de text de producció local.
Curiosament des de la Societat Econòmica Mallorquina d'Amics del País, es van preocupar per difondre l'ensenyament del castellà i en castellà. A través del segle XIX, i gairebé tot el XX la llengua considerada ”de progrés“ per les “oligarquies” locals era la castellana, així doncs no és d'estranyar, que en detriment de la llengua mallorquina, els llibres de text estiguin escrits en la seva pràctica totalitat en castellà, a pesar de les iniciatives en contrari que va dur a cap la Associació per la Cultura de Mallorca (1923-1936) que va intentar la publicació d'alguna obra de text en català.
Curiosament en Balears durant la Segona República i a pesar de la permissivitat de la mateixa, es va publicar poc en català, doncs no van existir escoles que ensenyessin en aquest idioma. Per descomptat amb l'arribada del franquisme la llengua oficial i única va ser la castellana impedint-se l'ensenyament en vernacle, just el contrari dels nostres dies.
L'Església Mallorquina va publicar durant anys un catecismo diocesano exclusivament en mallorquí des de 1576. En 1864 el Bisbe Miguel Salvá va publicar una edició bilingüe del catecisme que va seguir publicant-se fins 1931 (proclamació de la II República i prohibició de l'ensenyament religiós). En la guerra civil i a pesar de la prohibició d'editar en llengua distinta al castellà, el bisbe Miralles Sbert va seguir publicant l'obra fins 1947.
El “Mallorquí” dels Porcel
Cal assenyalar una petita confusió que encara avui roman entre els defensors a ultrança de la modalitat mallorquina, aquesta és que argumengtan com prova d'una suposada supervivència de l'ensenyament del mallorquí “primigeni”, no “normativització”, els vocabularis que apareixien en obres com les de Porcel, que no eren altra cosa que correlacions de paraules escrites en “mallorquí” i la seva correspondència castellana.
Doncs bé, si el pensem, el problema dels docents de l'època no era el que els seus alumnes haguessin d'aprendre el mallorquí a l'arribar a classe, aquest idioma ja el dominaven, almenys oralment, el problema és que en molts casos desconeixien el castellà. Així doncs Porcel i altres autors s'esforcen per ensenyar el castellà a força de les correspondències mallorquines, d'aquí l'incloure vocabularis bàsics mallorquí-castellà perquè els alumnes poguessin tenir uns rudiments en aquest idioma, doncs l'ensenyament es donava, oficialment, en castellà.
Els vocabularis en “mallorquí” estan escrits, a més, atenent a criteris de reconeixement fonètic pel lector. Per a més “INRI/”, en la pràctica, aquesta lliçó era molt sovint ignorada pels mestres.
La guerra civil i la producció local de llibres
Durant la Guerra Civil es va reflectir l'adoctrinament polític també en els llibres de text, el més famós és el “Catecismo Anticomunista” del canonge Andrés Coll publicat en 1936, o “Por España y para España, deberes del niño buen español” de 1937 i escrit per Pedro Vidal Torres, fins i tot el mateix Juan Capó i Valls de Padrinas, com tants d’altres autors, va publicar “Soy flecha”, textos, tots ells, que reflectien clarament els nous aires imperants.
Ocàs de la producció local
Amb els anys, i com moltes empreses de Mallorca, la competència amb macroempreses de la península feien inviable l'edició d'obres de caràcter local, els sectors econòmics amb el boom turístic van canviar, i les iniciatives empresarials van caminar cap a altres rumbs.
Si bé ja des de temps enrrera els llibres produïts en les Balears convivien amb els publicats en la península, com els de les editorials Dalmau Carles, Calleja, Paluzzie, Santiago Rodríguez o la inefable “Enciclopèdia Álvarez”. Entre els anys seixanta i setanta els llibres de text locals varen desapareixer paulatinament del mercat, sent veritables cants del cigne l'edició en 1961 d'una magnífica enciclopèdia escolar titulada “Estudio y Vida” l'autor de la qual fou Andrés Rotger Pizá, que va arribar ja tard a un mercat editorial tan competitiu, o en els anys setanta una col·lecció de “Lletres Mallorquines”, en castellà per cert, de l'editor Luís Ripoll Arbós.
Eduard CONNOLLY DE PERNAS/ Mestre i Llibreter de Vell
Descàrrega amb Google Drive Aquí
Quan comença un curs escolar, gran part del desembors inicial es va en llibres, com saben bé gairebé tots els pares amb fills en edat escolar. El que ja no coneix tanta gent, és que Mallorca tenia una producció pròpia de llibres de text no important sinó molt important, sobretot en textos d'educació primària.
Educació i llibres de text
La “racionalització” del sistema d'ensenyament és una cosa relativament nova, fins bé entrat el S. XIX l'educació estava en mans d'ajuntaments, parròquies o fins i tot particulars que establien centres d'ensenyament, les més de les vegades, precaris, sense personal docent adequat i sense materials pedagògics moderns. Fins que l'estat no intervé i organitza el sistema d'ensenyament, ja en el segle XIX, regna un cert caos, i els llibres de text i editorials dedicades a això, o no existeixen o són iniciativa de particulars. Per descomptat les primeres obres educatives que es cataloguen són religioses, catecismes, i similars. Gràcies a l'estudi sobre ”La producció d'obres escolars en Balears” que van escriure el catedràtic de la UIB Bernat Sureda García, Jordi Vallespir Soler, i Elies Alles Pons en 1992, podem datar els primers manuals d'ensenyament apareguts i impresos en la nostra illa des de 1775. No obstant això, els majors nivells d'edició no es donaran fins finals del segle XIX i fins els inicis de la guerra civil que es produeix una brusca caiguda. Aquests nivells màxims, ens assenyalen els autors, coincideixen amb el període en el qual es produeix en les Illes Balears un significatiu moviment renovador entre el magisteri primari i l'aparició d'una sèrie d'autors que lligats a ell, es mostren especialment actius en el camp de la publicació d'obres escolars.
Els pioners del Segle XX
Els primers autors d'obres de text en les nostres illes provenen del camp docent, mestres, inspectors d'ensenyament, professors.hem
El primer que hem d’assenyalar és un mestre, Don Miguel Porcel Riera, el dels famosos “Grados” tan buscats avui pels nostàlgics en les llibreries de vell. Des de principis del segle XX, anys vint concretament, publica una col·lecció de manuals d'ensenyament elemental pel mètode cíclic, creant una editorial pròpia que va funcionar fins els anys quaranta. Miguel Porcel Riera va publicar d'alguns dels seus llibres centenars de milers d'exemplars, arribant a vendre's “Els Porcel” a la península i en països d'Amèrica del Sud, amb edicions especials per a Argentina o Cuba i, sorprengui's el lector, fins en llengua catalana per a les escoles del principat durant la Segona República Espanyola, exemplar aquest molt cercat per col·leccionistes.
Citarem també a Llorenç M. Duran Coli, mestre com l'anterior. El seu pare, Miguel Durán, havia creat a Inca una petita impremta, amic de l'Inspector d'ensenyament Don Joan Capó Valls de Padrinas, sorgeix, com producte d'aquesta amistat, Mallorca Editorial, que en 1918 publica “Flors de Mallorca. Antologia de poetes mallorquins”, una antologia que proporcionava als nens un primer contacte amb els poetes de la terra. Durán fill, estudiarà magisteri per influència de Don Joan Capó Valls de Padrinas. La seva carrera de mestre no va durar molt, doncs va ser depurat del magisteri nacional en la guerra civil, i al quedar-se sense treball es va dedicar a reorganitzar el negoci editorial familiar, editant a partir de 1941 un bon nombre d'obres escolars, pròpies i alienes. La més famosa d'aquestes, i que els lectors entrats en anys recordaran, serà el “Ingreso de Durán”.
Un altre dels precursors en l'edició pedagògica és Don Andreu Ferrer Ginard, que a principis dels anys vint va crear una petita impremta a Artà, i que en 1929 es trasllada a Palma creant en aquesta ciutat la “Impremta Politècnica” que segueix encara ara en funcionament i ha publicat nombroses obres escolars.
En aquest resum forçosament incomplet, repàs d'autors i editorials, no podem deixar d'esmentar la llibreria Fondevila i Alomar, que encara existeix, i que serà de les pioneres en l'edició i distribució de llibres de text en ple segle XX. Sent durant molts anys el major centre de venda de llibres escolars.
Altra editorial que no podem deixar d'esmentar és l'Editorial Moll, una de les més importants de les illes, que va editar, entre altres molts, nombrosos llibres per a l'ensenyament d'idiomes, constituint un dels seus èxits de vendes, en aquest camp, un manual per a l'aprenentatge de l'italià que es va distribuir per centenars i milers durant la nostra guerra civil.L'idioma en els llibres de text
Aquest sempre controvertit tema de la llengua, també va tenir el seu reflex en els llibres de text de producció local.
Curiosament des de la Societat Econòmica Mallorquina d'Amics del País, es van preocupar per difondre l'ensenyament del castellà i en castellà. A través del segle XIX, i gairebé tot el XX la llengua considerada ”de progrés“ per les “oligarquies” locals era la castellana, així doncs no és d'estranyar, que en detriment de la llengua mallorquina, els llibres de text estiguin escrits en la seva pràctica totalitat en castellà, a pesar de les iniciatives en contrari que va dur a cap la Associació per la Cultura de Mallorca (1923-1936) que va intentar la publicació d'alguna obra de text en català.
Curiosament en Balears durant la Segona República i a pesar de la permissivitat de la mateixa, es va publicar poc en català, doncs no van existir escoles que ensenyessin en aquest idioma. Per descomptat amb l'arribada del franquisme la llengua oficial i única va ser la castellana impedint-se l'ensenyament en vernacle, just el contrari dels nostres dies.
L'Església Mallorquina va publicar durant anys un catecismo diocesano exclusivament en mallorquí des de 1576. En 1864 el Bisbe Miguel Salvá va publicar una edició bilingüe del catecisme que va seguir publicant-se fins 1931 (proclamació de la II República i prohibició de l'ensenyament religiós). En la guerra civil i a pesar de la prohibició d'editar en llengua distinta al castellà, el bisbe Miralles Sbert va seguir publicant l'obra fins 1947.
El “Mallorquí” dels Porcel
Cal assenyalar una petita confusió que encara avui roman entre els defensors a ultrança de la modalitat mallorquina, aquesta és que argumengtan com prova d'una suposada supervivència de l'ensenyament del mallorquí “primigeni”, no “normativització”, els vocabularis que apareixien en obres com les de Porcel, que no eren altra cosa que correlacions de paraules escrites en “mallorquí” i la seva correspondència castellana.
Doncs bé, si el pensem, el problema dels docents de l'època no era el que els seus alumnes haguessin d'aprendre el mallorquí a l'arribar a classe, aquest idioma ja el dominaven, almenys oralment, el problema és que en molts casos desconeixien el castellà. Així doncs Porcel i altres autors s'esforcen per ensenyar el castellà a força de les correspondències mallorquines, d'aquí l'incloure vocabularis bàsics mallorquí-castellà perquè els alumnes poguessin tenir uns rudiments en aquest idioma, doncs l'ensenyament es donava, oficialment, en castellà.
Els vocabularis en “mallorquí” estan escrits, a més, atenent a criteris de reconeixement fonètic pel lector. Per a més “INRI/”, en la pràctica, aquesta lliçó era molt sovint ignorada pels mestres.
La guerra civil i la producció local de llibres
Durant la Guerra Civil es va reflectir l'adoctrinament polític també en els llibres de text, el més famós és el “Catecismo Anticomunista” del canonge Andrés Coll publicat en 1936, o “Por España y para España, deberes del niño buen español” de 1937 i escrit per Pedro Vidal Torres, fins i tot el mateix Juan Capó i Valls de Padrinas, com tants d’altres autors, va publicar “Soy flecha”, textos, tots ells, que reflectien clarament els nous aires imperants.
Ocàs de la producció local
Amb els anys, i com moltes empreses de Mallorca, la competència amb macroempreses de la península feien inviable l'edició d'obres de caràcter local, els sectors econòmics amb el boom turístic van canviar, i les iniciatives empresarials van caminar cap a altres rumbs.
Si bé ja des de temps enrrera els llibres produïts en les Balears convivien amb els publicats en la península, com els de les editorials Dalmau Carles, Calleja, Paluzzie, Santiago Rodríguez o la inefable “Enciclopèdia Álvarez”. Entre els anys seixanta i setanta els llibres de text locals varen desapareixer paulatinament del mercat, sent veritables cants del cigne l'edició en 1961 d'una magnífica enciclopèdia escolar titulada “Estudio y Vida” l'autor de la qual fou Andrés Rotger Pizá, que va arribar ja tard a un mercat editorial tan competitiu, o en els anys setanta una col·lecció de “Lletres Mallorquines”, en castellà per cert, de l'editor Luís Ripoll Arbós.
Eduard CONNOLLY DE PERNAS/ Mestre i Llibreter de Vell
Descàrrega amb Google Drive Aquí
1 comentari:
http://docs.google.com/gview?a=v&q=cache:5Z04IJSKxJgJ:www.uib.es/premsa/gener04/dia-11/1159979.pdf+Lloren%C3%A7+M.+Duran+Coli&hl=es&gl=es
Publica un comentari a l'entrada