Autismo: 10 claves para abordar las dificultades en el hogar
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El Autismo
es un Trastorno que no sólo afecta al niño/a, sino que repercute
directamente en los familiares que le rodean. Entender cómo piensa y
procesa la información y saber cual es el perfil sensorial de un niño/a
con autismo, es fundamental.
Ahora bien, cuando los problemas de
conducta aparecen el hogar, los familiares se ven totalmente desolados
ante la impotencia de no entender el comportamiento de sus hijos/as con
autismo. Si bien en los últimos tiempos los profesionales disponemos de
mayor información acerca del autismo y de cómo trabajar en las escuelas y
gabinetes especializados, las familias tienen que hacer frente
diariamente a las diversas dificultades que se les presentan y que
repercuten en su calidad de vida.
Es importante que la intervención tenga
lugar en el hogar y que los familiares adquieran las estrategias
necesarias para hacer frente a las dificultades. No obstante aquí
presentamos 10 claves generales para abordar las dificultades del día a
día.
Autismo: 10 claves para abordar las dificultades en el hogar.
- Utiliza una agenda y/o panel para anticiparle las rutinas que van a tener lugar durante el día
Los soportes
visuales deben ajustarse a cada niño/a con autismo. Pueden utilizarse
objetos, pictogramas, palabras, o fotografías dependiendo del nivel de
comprensión del niño/a. Podemos empezar por anticiparle dos rutinas e
iremos incrementando con el tiempo. Los paneles pueden ser diarios,
semanales y mensuales.
- Delimitar los diferentes espacios de la casa por rutinas
Determina un espacio concreto para cada
rutina diaria y que siempre tenga lugar en el mismo sitio ; comer en la
cocina, vestirse en la habitación, ver la tele en el salón,… El orden y
la estructura son necesarios. La señalización a nivel visual de los
diferentes espacios también puede ayudar a tu hijo/a.
-
Darle al niño/a la oportunidad de comunicarse.
Si
queremos que se comunique, tenemos que darle la oportunidad, y para
ello podemos crear situaciones que fomenten la comunicación donde el
niño/a tenga la necesidad de pedir. Una buena estrategia es hacerlo en
las diferentes rutinas.
Algunos ejemplos; para
la rutina de juego metemos en una caja grande los juguetes preferidos
del niño/a. Pondremos fotografías a su alcance para que pueda pedirnos
el juguete. En la rutina de la comida es un buen momento para poner a su
vista refuerzos que sabemos que le gustan; papas, chocolate… Poder
elegir qué película ver en la rutina de ver la tele, es otra forma de
trabajar la comunicación a través de rutinas.
-
Establece un rincón o espacio de relajación en la casa.
Busca un rincón de la casa que no tenga
muchos estímulos donde pueda ir a relajarse en momentos de rabietas
descontroladas. Apaga la luz y empieza con la técnica de relajación.
Intenta que siempre consista en los mismos pasos.
Los masajes corporales, las canciones o
melodías así como los movimientos de balanceo, presionar cuerpo con
cuerpo o con almohadas, son algunas de las técnicas que puedes utilizar.
Se trata de hacer cosas que relajen al niño/a. Es muy importante que la
persona que le acompaña en ese momento esté tranquila y le trasmita
calma.
No obstante esto varía en función del perfil sensorial del
niño/a. Es por ello que debemos conocerlo y preguntar a los
profesionales. Recuerda que tú conoces a tu hijo/a mejor que nadie, y
sabes qué le puede relajar.
-
Utiliza las canciones u objetos para los cambios de rutina.
Cuando finaliza una rutina y queremos ir
a otra, la música puede ser un gran aliado. Utiliza siempre la misma
canción para cada rutina; puede ser referida a la actividad a realizar o
simplemente una que sepas que le gusta, pero siempre la misma canción
asociada a la misma rutina. También podemos utilizar sus objetos
preferidos, si los tuviera.
Esta técnica es muy útil
para cambiar de contexto cuando el niño/a muestra una rabieta sin
motivo aparente y necesitamos cambiar de ambiente y actividad para
cortar la rabieta.
Demasiada carga verbal acompañada de movimientos
corporales y expresiones faciales puede confundir al niño/a con autismo.
Es mejor utilizar frases cortas y que trasmitan un mensaje concreto:
por ejemplo, “María, a comer”; en lugar de: “Maria venga, recoge que la
comida ya está lista”.
El tiempo de respuesta ante una orden o una pregunta
puede ser más lento en el niño/a con autismo. No debemos repetirle una y
otra vez el mismo mensaje porque puede obstaculizar el correcto
procesamiento de la información. Hay que respetar los tiempos de
reacción de cada niño/a.
-
Ser firmes y poner límites
Las normas dentro del
hogar son necesarias en cualquier familia. Poner límites puede resultar
complicado pero a la larga repercute positivamente en el desarrollo
emocional del niño/a con autismo o no.
¿Qué normas poner?
Educar es una tarea compleja y cada familia establece las normas según
su criterio, pero es importante que no se haga distinción por el hecho
de tener autismo o no. La forma de hacerle entender las normas a un
niño/a con autismo quizás sea diferente y por ello tendremos que
asegurarnos que sean comprensibles.
- Convertirse en pequeños detectives
En ocasiones los niños con autismo tienen conductas
que no sabemos a qué obedecen, por ejemplo: balancearse, aletear,
desnudarse,… Para poder redirigir o extinguir dichas conductas es
necesario que las analices. No olvides que siempre tienen una causa y
cumplen una función.
Reñirles o distraerlos para que dejen de hacerlo no
conseguirá que la conducta desparezca. Con la ayuda de un profesional
realiza un análisis funcional mediante un registro. Mientras
tanto trata de no ponerte nervioso/a y escribe en una hoja qué estaba
realizando cuando empezó la conducta, quién estaba presente, cómo se
siente cuando la realiza, hora y espacio en la que tiene lugar… Anota
durante varias semanas para posteriormente ver qué aspectos se suelen
repetir.
Se trata de convertirse en pequeños detectives y
poder llegar al origen de la conducta o “manía”. Por otro lado, poder
observar sin juzgar la conducta de tu hijo/a te ayudará a conocerlo
mejor.
-
Recuerda que tú eres el mejor terapeuta para tu hijo/a y que los aprendizajes naturales surgen como parte de la vida diaria.
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Autismo: 10 claves para abordar las dificultades en el hogar.
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