Carencias afectivas en los niños ➤ Síntomas y consecuencias
Durante los primeros meses y años los
niños necesitan de muchas caricias, besos, abrazos y palabras cariñosas
que contribuyen con su maduración cerebral y crecimiento. Si no existe
el calor afectivo o el apego
materno-filial, el desarrollo neuronal no se completará de forma
adecuada; es muy importante que los padres entiendan que no sólo basta
con alimentar a los niños para que crezcan saludables, también hay que
transmitirles amor para que tengan buena salud emocional, física y
mental. En este artículo te hablaremos acerca de las carencias afectivas en los niños, sus síntomas frecuentes, consecuencias y tipos, además te indicaremos de qué formas pueden tratarse.
Que son carencias afectivas
Se
conoce como carencia afectiva a la privación del amor, afecto, cariño y
cuidado de los padres, pero sobre todo de la madre hacia los hijos y
esta falta de cuidados, atención y protección necesaria en la vida del
niño ocasiona muchas consecuencias de acuerdo a su edad. Las
carencias afectivas pueden deberse a una gran cantidad de circunstancias
en las que se desatiende afectivamente al niño y las relaciones en las
que se interactúa con él.
Los hechos traumáticos
como el abandono o el maltrato, o los menos traumáticos como los
causados por situaciones familiares en las que se produce una separación
o divorcio de los padres, son factores externos que pueden desarrollar
una carencia afectiva en los niños.
Síntomas de carencias afectivas en la infancia
Los
niños que no sienten el amor de sus padres y crecen en un ambiente
frío, hostil, agresivo o negligente, terminan desarrollando trastornos
psicológicos de mediana intensidad. Los síntomas de las carencias
afectivas sufridas durante los primeros años de vida, son con frecuencia
muy difíciles de revertir, algunos de estos síntomas son los
siguientes:
- Desconfianza generalizada.
- Problemas para apego, con cambios bruscos de conducta y respuestas agresivas.
- Déficit de atención.
- Desarrollo deficiente de las habilidades sociales y el lenguaje.
- Trastornos de ansiedad.
- Dificultad para expresar sentimientos y problemas para manejarlos.
Todos
los síntomas mencionados pueden mantenerse aún en la edad adulta, por
lo tanto, los niños con carencias afectivas serán adultos egocéntricos,
con pocas habilidades sociales y dependientes emocionalmente.
Consecuencias de las carencias afectivas en la infancia
La privación por un largo período de tiempo del afecto de los padres o cuidadores de los niños puede facilitar la aparición del síndrome de carencia afectiva,
el cual se considera una falta grave de estimulación afectiva que
interrumpe la maduración física, cognitiva, social y emocional del niño,
causándole trastornos sociales y conductuales.
Los niños que son sometidos a la privación del afecto
cuando sean adultos presentarán inmadurez emocional, serán egoístas,
poco empáticos, sufrirán de dependencia emocional, inseguridad en sus
relaciones, fobias, trastornos depresivos y serán egocéntricos, además
de propensos a los vicios. Los niños que crecen con carencia de afecto de sus progenitores buscarán reconocimiento de forma constante, así como aceptación y afecto a toda costa, dejando que los demás determinen cuál es su valor como persona.
La
carencia afectiva facilita en los niños la aparición de problemas del
lenguaje y bajo rendimiento académico, incluso llegaran a ver de forma
negativa la expresión de afecto por lo que no se mostrarán como personas
afectuosas con quienes los rodean, es decir, que censuran sus
emociones.
Los niños con carencias afectivas muy profundas
que no son atendidas por un terapeuta o superadas, crecen con una
sensación de desconfianza y vacío que deteriora sus relaciones sociales,
mostrando baja estima y aislamiento. De acuerdo a algunos estudios se
ha demostrado que los niños que padecen de carencia afectiva son más
propensos a contraer enfermedades en cualquier etapa.
Tipos de carencias afectivas
La carencia afectiva se caracteriza por producir en el niño un estado psicológico de avidez afectiva y miedo a ser abandonado,
tanto si ha padecido en la realidad una privación afectiva maternal
como si lo ha sentido; este permanece en un estado de búsqueda afectiva,
de necesidad de saturación, que se manifiesta por una actitud de
reasegurarse de la existencia constante del afecto del otro para así
sentirse seguro. Pueden considerarse algunos tipos de carencia afectiva
dependiendo de las características de la relación entre los padres y los
niños:
- Carencia afectiva por discontinuidad: Esta aparece por la ruptura repetida de la relación establecida entre la madre o substituto materno y el niño, ligada a cambios cualitativos en esta relación, por diversos motivos como enfermedad súbita de la madre, desviación de la atención afectiva por la aparición de otras necesidades en el seno familiar.
- Carencia afectiva por insuficiencia: Este tipo de carencia aparece en casos de negligencia, siendo más frecuente en instituciones de asistencia o en hospitales. En este caso el niño no encuentra un substituto maternal adecuado o recibe una modernización totalmente insuficiente y por ello no tiene la posibilidad de interactuar adecuadamente con una figura maternal.
- Carencia afectiva por distorsión: En este tipo de carencia el niño vive con su madre o un substituto, pero no tiene posibilidad de interactuar adecuadamente con ella y no recibe los cuidados adecuados.
Formas de tratar las carencias afectivas en los niños
Debido
a que en la actualidad muchos padres se encuentran inmersos en un ritmo
de vida frenético y acelerado con horarios laborales extensos que les
impiden afrontar una buena conciliación familiar, terminan siendo los
niños los principales perjudicados, ya que estos llegan a sentir una
gran ausencia de cariño que es necesario para su correcto desarrollo
afectivo.
De la carencia de amor de los padres hacia sus
hijos pueden nacer múltiples trastornos psicológicos que si no son
tratados pueden agravar la salud mental de los niños, por ello antes de
buscar ayuda psicológica para tratar la carencia afectiva, los padres
deben detenerse a reflexionar acerca de si están prestando a sus hijos
la atención que merecen y cuánto tiempo les dedican a diario, en caso de que no estén dándoles suficiente amor y afecto, llega el momento de aplicar el mejor tratamiento a esta carencia que es darle un giro a la relación afectiva parental.
En
caso de que los padres noten síntomas graves de carencia afectiva en
sus hijos, no sólo bastará con cambiar la relación familiar, también es
recomendable que acudan a un especialista para que les guíe en el
proceso y puedan evitar la aparición de trastornos que en algunos casos
pueden ser irreversibles.
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